Comprobalo!!!

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sábado, 6 de noviembre de 2010



Biografía de Oliverio Girondo


Nace Oliverio en Buenos Aires, un 17 de agosto de 1891, en el seno de una familia acomodada de ilustres antepasados: «Desciende por su padre -escribe su amigo Ramón Gómez de la Serna en sus Retratos contemporáneos- de vascos de Mondragón -cuya casa blasonada cayó en los bombardeos de la última guerra civil- y por su madre, apellidada Uriburu y Arenales, de los conocidos próceres también vascos». Su infancia transcurre en la capital argentina, aunque muy temprano la grácil economía familiar encamina los pasos del poeta en ciernes hacia la vieja Europa, que paradójicamente seguía albergando el nacimiento de lo nuevo. Cursa estudios en varios colegios en Europa: en el colegio Epsom de Londres y en la Escuela «Albert le Grand» de Arcueil, cerca de París, de la cual, volviendo  al relato de RAMÓN, es expulsado al arrojar «un tintero a la cabeza del profesor de Geografía porque habló en su lección de los antropófagos que existían en Buenos Aires, capital del Brasil».

Termina sus estudios juveniles de regreso a Buenos Aires y principia su actividad literaria. Comienza la carrera de Derecho y acuerda con sus padres no abandonar la carrera si consienten financiarle visitas periódicas a Europa en período vacacional. De esta manera, se hacen más frecuentes los viajes a Europa y en ellos entabla relaciones literarias y amistosas con poetas y artistas del continente europeo, que le introducen en los diversos círculos de las nuevas corrientes estéticas. En esa época sus lecturas más estimadas son los poetas simbolistas franceses, los ensayos de ideario decadente de Remy de Gourmont, el Darío de Los raros y la filosofía de Nietzsche. Por esos años, Girondo anda colaborando como corresponsal en diversas revistas porteñas como Plus Ultra y la conocida Caras y caretas. El poeta Jules Supervielle, medio uruguayo-medio francés, le presenta en París a los jóvenes que por esos años ya organizaban las célebres veladas surrealistas

En Madrid, Gómez de la Serna le recibe en la tertulia de Pombo, de donde arranca una espontánea y duradera amistad que fragua años más tarde con la estadía del madrileño en Buenos Aires. Recorre el Nilo y visita las pirámides de Egipto, y en Italia conoce al pintor argentino Emilio Pettoruti. Fruto directo de este periplo viajero (Madrid, Sevilla, París, Buenos Aires, Río de Janeiro) es su primer libro de poemas Veinte poemas para ser leídos en el tranvía, publicado en una pequeña población francesa en 1922. A propósito de esta época el propio Oliverio informa:

Entre idas y vueltas de Europa -¡he vivido 567 días en el mar!- fundé con mis amigos de «La Púa» un pasquín inédito que se llamó Comedia. Varios artículos publicados en él y otros en Plus Ultra indican que convalecía «de» Barrés. (¡Qué olor a pomo y a gomina!). En un momento de verdadero extravío mental, arriesgué, con la complicidad de René Zapata Quesada, un intento teatral: La Madrastra, melodrama infecto y maeterlinckiano. Después, para redimirme, rompí papel durante varios años. Rompí papel en Edimburgo y en Sevilla, en Brujas y en Dakar, hasta que en 1922 publiqué algunos de los que se salvaron junto con diez hojas de mi «carnet» de croquis bajo el título de Veinte poemas para ser leídos en el tranvía.

Ese mismo año, junto a la obra de Girondo, se publican también Trilce del peruano César Vallejo, Andamios Interiores del mexicano Manuel Maples Arce y Paulicèia desvairada del brasileño Màrio de Andrade, para confirmar la madurez de la poesía vanguardista en América Latina.

Dedica casi en su totalidad el año 1923 a recorrer España y a gestar el que será su segundo libro de poemas, Calcomanías, publicado precisamente en España en 1925. Viaja por el país (Toledo, Madrid, Sevilla, Granada, Algeciras) en burro y en diligencia, sentado, según cuenta, al costado de una muerta. «También viajó -según cuenta Paco Urondo- en el "tren botijo", especie de tren carreta que [...] para en los lugares que el pasajero quiere. Yendo de Valencia a Sevilla paró en Guadix, Granada, donde los gitanos hacen cuevas en las montañas para vivir; allí encontró un Valdepeñas que lo hizo quedar en la juerga gitana durante tres días. Cuando tomó el tren para seguir viaje, un suicida puso la cabeza y Girondo vio un humo rojizo que salía de las vías: era la sangre del desdichado, evaporada por el frío».

De regreso en Buenos Aires, funda en 1924, junto a Evar Méndez y algunos otros escritores y artistas, el periódico Martín Fierro, con el objeto de formar un ambiente preparatorio para el desarrollo de las nuevas corrientes artísticas en el Río de la Plata. En julio de ese mismo año emprende un largo viaje por América y Europa en «misión intelectual» para promover un «frente único» y un «verdadero intercambio de producciones, revistas y libros; ideas, poesía, arte», en países como Chile, Cuba, México o Perú. Su peregrinaje es saludado por intelectuales de la talla de Guillén, Mariátegui o Villaurrutia.

En 1927, tras la polémica con La Gaceta Literaria sobre el «meridiano intelectual de Hispanoamérica», se disuelve el periódico Martín Fierro (su último número apareció el 15 de noviembre de 1927) ante la decisión de algunos redactores de apoyar desde sus páginas la candidatura a la segunda presidencia de Hipólito Yrigoyen, vulnerando de esta manera la voluntad de prescindencia política que sus directores se habían impuesto desde la fundación del mismo.

Acabada la etapa de Martín Fierro, donde colabora esporádicamente con sus conocidos «Membretes», Girondo mantiene su proyecto poético publicando en Buenos Aires en 1932 su libro Espantapájaros. La presentación del libro tiene lugar en Buenos Aires con las exageraciones propias de las manifestaciones vanguardistas. Oliverio hizo una réplica en papel maché del «espantapájaros-académico» que el pintor Bonomi había diseñado para la tapa del libro, el cual fue colocado, según cuenta Norah Lange, «en una carroza coronaria -de esas que llevan las flores y van detrás del coche fúnebre- tirada por seis caballos, con su auriga y lacallos, vestidos según la moda Directorio, apostados a cada lado». Al mismo tiempo alquiló un local en la calle Florida atendido por hermosas y llamativas muchachas para la venta del libro. La experiencia publicitaria resultó un éxito y el libro se agotó en cosa de un mes. El muñeco que durante años presidió la entrada de su casa de Suipacha al 1444, hoy puede contemplarse en el Museo de la Ciudad de Buenos Aires.

En 1937 aparece su el relato Interlunio con el sello de Editorial Sur. El elemento visual se une de nuevo al verbal a través de las oscuras aguafuertes de Lino Spilimbergo.

En 1942 la editorial Losada publica Persuasión de los días.

En 1943, después de una duradera relación, Oliverio Girondo y Norah Lange deciden contraer matrimonio. Por esas fechas ambos comparten sus días entre la quinta de Gwen y la casa de Suipacha al 1444, en Buenos Aires. Oliverio aparece vinculado con los grupos jóvenes que actúan por esos años, emulando al Macedonio Fernández de los años 20 que se integró como uno más con los miembros de Martín Fierro, veinte años más jóvenes que él. La casa de Suipacha que era como un museo de las culturas más diversas sirve durante muchos años de centro de reunión para estos jóvenes: Edgar Bayley, Carlos Latorre, J. Llinás, Francisco Madariaga, Enrique Molina, Olga Orozco, Aldo Pellegrini, Mario Trejo o Alberto Vanasco.

En 1946 aparece una plaquette con un único y extenso poema: Campo nuestro.

En 1948 realiza un viaje a Europa con su esposa, que se repite en 1965 siendo éste el último.

Aldo Pellegrini presenta en el número 2, noviembre de 1953, de la revista Letra y línea los primeros poemas que en 1956 compondrán la edición definitiva de En la masmédula.

Un accidente sufrido en 1961 le deja disminuido durante los últimos años de su vida. Muere en Buenos Aires el 24 de enero de 1967.

FUENTE: http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/Girondo/obra.shtml

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Los claroscuros del libro digital

El mercado del libro electrónico (e-book) crece en el Norte y despunta aquí. Aunque parece que los bytes no terminarán con la tinta, el negocio y los hábitos de lectura cambiarán, para bien o para mal. Los escritores Ariel Magnus y Fabián Casas tienen opiniones opuestas en ese sentido, pero dicen que la literatura tambien será distinta.

Por: Gisela Antonuccio



Cualquier cambio supone una detracción. Quizás porque al mutar, hechos y objetos parecen cobrar vida, y desde ese nuevo estado amenazan con alterar la propia. Ocurre con una mudanza: el espacio que queda atrás estaba interiorizado, y moverse por él era como hacer un recorrido por el interior de uno mismo; circular por un ámbito nuevo obliga a escarbar sobre la propia historia, donde todo hasta ahí conservaba un orden conveniente.

Por la contundencia de su alcance, en la escritura el primer golpe de gracia quizás corresponda a Johannes Gutenberg (1398-1468), quien al crear la imprenta de tipos móviles arrebató sin proponérselo la tarea exclusiva de monjes copistas que trabajaban en conventos; el conocimiento dejaba ya de ser un bien reservado a unos pocos.

Cinco siglos más tarde, al transformar la forma conocida de lectura, la tecnología inspiró profecías sobre la muerte del libro tal como hasta hoy se lo conocía. Fue un presagio que alcanzó también al diario, cuando durante los noventa los periódicos comenzaron a gestar sus versiones digitales.

Ahora le toca al e-book o libro digital, cuya penetración en el mercado crece de modo acelerado, sobre todo en EE.UU., donde hay quienes ven un punto de no retorno en su avance. Un dato de la Association of American Publishers parece convalidar esa idea: la venta de libros digitales durante los primeros ocho meses de 2009 creció un 177,3%, frente al 68,4% de igual período del año anterior.

Con el tiempo, es probable que 2009 no quede en la historia como el año en que el impreso murió, pero sí como aquél en el que la literatura digital se volvió imposible de ignorar. Así lo resumió la revista bimensual estadounidense Poets & Writers en su última edición.

Es comprensible entonces que sobre el e-book apunten miradas de recelo, ante la promesa de que con el tiempo ya no habrá necesidad de contar con bibliotecas caseras. Esa idea es la que anima a los directivos de www.leer-e.es, empresa española que se dedica a comercializar y distribuir dispositivos de lectura en Europa. Su portal ofrece la venta directa de libros en formato electrónico y, según su director Ignacio Latasa, allí "se puede y podrán encontrar todos los títulos disponibles en los próximos años".

Nacida a finales de 2005, la empresa ofreció al momento más de 100.000 descargas. Algunas de ellas son gratuitas –leer-e regala libros con la adquisición de un dispositivo de lectura– y las que son fruto de ventas representan entre 250 y 300 libros mensuales, con precios de dos euros para títulos "clásicos" y de unos 20 para los diccionarios. Uno de los proyectos que más entusiasma a Latasa es "Palabras Mayores", en alianza con la agencia de Carmen Balcells, presentado en la última Feria del Libro de Guadalajara, que "comprende a los más importantes autores en lengua española del siglo XX, como Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar o Rosa Montero".

Al principio, admite Latasa, el proyecto se encontró con la reticencia de algunos autores o titulares de los derechos de las obras para "subirlas" al sitio, por el temor de que la versión digital pudiera conspirar contra la versión impresa. "Pero autores y editores empiezan a ver más las posibilidades que brindan los nuevos formatos que los peligros que ofrecen", asegura. El directivo de uno de los mayores distribuidores de dispositivos de lectura electrónica en Europa cree además que existen cuestiones por definir en este "nuevo modelo de negocios", como lo es el precio del ejemplar electrónico ("debería ser más atractivo para el usuario") y la limitación en cuanto a la lectura simultánea de textos. Lo que no representa un problema para Latasa es la cuestión del almacenamiento: "el sistema crea bibliotecas personalizadas" para guardar los libros adquiridos y a la vez impide regalar copias.

Quizás sea cierto: todos los libros estarán al alcance de la mano, pues, como dicen los proveedores de dispositivos, los formatos electrónicos van a posibilitar tanto a las librerías que los ofrezcan como a sus clientes el hecho de tener todos los títulos sin limitaciones.

Pero antes deberán llegar respuestas sobre cómo se alcanzará el acceso democrático a Internet, algo que los ejecutivos y defensores del e-book parecen no registrar. En América Latina, de los casi 570 millones de habitantes (8,4% de la población mundial), unos 170 millones tienen acceso a la Red (10,3% de los usuarios en el mundo), de acuerdo a un estudio de diciembre de 2008 sobre la penetración de la web por parte de Internet World Stats.

En la Argentina, aunque desde el año 2000 a la actualidad el crecimiento de la penetración de Internet fue del 700%, cerca de un 48% de la población es usuaria de la Red, según ese mismo estudio. De ser hoy el e-book una realidad firme, sólo la mitad de la población podría tener "todos" los libros a la distancia de un "clic". ¿Qué tan democrático puede ser el libro electrónico, cuando menos de la mitad del planeta puede acceder a él?

Los costos de los lectores digitales tampoco parecen ayudar a la democratización del acceso y consumo. Hacia fines del año pasado, la marca Asus, inventora de las netbooks, anunció que tiene listo un lector a doble pantalla color para que se asemeje a un libro tradicional. Con el tacto será posible gestionar las páginas y tendrá dos caras, una para navegar y la otra para visualizar el texto. El precio será de unos 150 dólares, contra los 380 a los que Sony Reader comercializa su PRS-505 (aunque ya se consiguen usados, a 199). El líder Kindle, que comercializaba su lector DX a 500 dólares y se vendía sólo en Estados Unidos, anunció en octubre pasado que tendría su libro electrónico en el resto del mundo a 279 dólares. En Amazon está disponible, aunque todavía a 489 dólares; puede descargar –sin cables– libros, revistas, diarios y documentos personales en una pantalla de seis pulgadas. Sigue siendo más accesible que los 499 euros a los que Leer-e comercializa su Irex Digital Reader 800S.

¿Cuál será la masa de individuos a los que el mercado editorial del presente y futuro apuntará a ofrecer todos los títulos "sin limitaciones"? ¿Qué lector imaginarán directivos editoriales y creadores de e-readers? Quizás los incentivos provengan de otra carencia, aunque también dependiente de los intereses económicos y las voluntades políticas y de gestión cultural de los estados: el cambio climático. Una preocupación real –y no sólo a nivel de las tibias intenciones declaradas en la Cumbre de Copenhague , en diciembre pasado– quizás empuje a la democratización de ese acceso, si en el futuro existe menos indolencia en talar quince árboles para obtener una tonelada de papel.

Son impulsos, claro, que vienen de la mano de especulaciones. En octubre pasado, el magnate australiano Rupert Murdoch anunció que en el plazo de un año los medios de prensa de su propiedad harán pagar la información en la Red. Esa restricción parcial al acceso de noticias digitales, ¿provocará un regreso a la prensa escrita como preferencia? ¿Se redistribuirá en la balanza el peso de la pulseada entre esos dos universos, el impreso y el digital?

Para el semiólogo italiano Umberto Eco, el libro impreso no desaparecerá a causa del electrónico: "No sabemos cuánto tiempo puede durar un disquete y los discos flexibles han muerto antes de agotar su capacidad de almacenamiento de datos", reflexionó en mayo de 2009 en Madrid, al recibir la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes. Y es cierto aquello que recordó, de que los nuevos medios de expresión que surgieron a lo largo de la historia no mataron a los anteriores.

Y mientras Occidente fluye en esos cambios, y las dudas sobre si lo digital convivirá o reemplazará a lo impreso, Oriente parece en cierta medida estar fuera de esa cuestión. A la vez que el e-book avanza, su cultura preserva una de las mayores expresiones del arte islámico, la caligrafía árabe. Aun la tecnología, y transcurridos 1.400 años, artistas calígrafos árabes siguen en el presente consagrando su arte a la escritura manuscrita, la cual es más que un medio de comunicación: trasciende esa condición para elevarse a la transmisión del mensaje divino revelado en el Corán. La caligrafía resuelve de alguna manera la prohibición del islam a adorar representaciones figurativas, y por ende la tensión entre representación y abstracción. En esa sutileza –la de no poder asociar una figura a la idea de Dios– la caligrafía es un medio gráfico que expresa la palabra divina.

Ejemplos como ése, de la pervivencia de la palabra escrita, hacen difícil imaginar la desaparición del papel, menos todavía su reemplazo. Pasará tiempo, seguro, para que exista una perspectiva clara sobre si el libro electrónico y el libro impreso son posibilidades antagónicas o que pueden armonizar.

Entre la expectativa de los que saludan los progresos y la desconfianza de quienes los rechazan, existen otros, conciliadores, que deciden aceptar la convivencia del pasado y el futuro, rescatando del primero aquello que parece importante preservar para el segundo.

Es el caso de los lingüistas, que salen a rescatar idiomas con herramientas digitales: con ayuda de grabadores y software, salvan de su peligro de extinción a algunas de las 6.000 lenguas que arriesgan su desaparición, y recuperan para ellas sus fonemas originales. ¿Cómo lo hacen? En forma manuscrita.

Tal vez entonces no se trate ya de una cuestión de elección, entre el papel y el soporte electrónico, sino de esa extraña fascinación que ejercen algunos objetos, tan poderosa como su capacidad para sobrevivir al tiempo y a las ideas de progreso. Como las libretas (¿fetiche o atracción?), que escritores como Ernest Hemingway o Truman Capote llevaban siempre consigo. En la mayoría de los textos que integran París era una fiesta, Hemingway reproduce el acto de escritura al mencionar que el primer borrador es su cuaderno de notas. Lo hace, por ejemplo, en el relato "El hambre era una buena disciplina", al revelar además el lugar en que registró esa primera versión, la Closerie des Lilas, sobre la rue Notre-Dame.

Los extensos días de entrevistas de Capote para reconstruir el crimen de la familia en Holcomb que lo llevaron a escribir A sangre fría, su novela más famosa, también conocieron una primera versión en libretas, que trasladaba a máquina al regresar a su hotel.

Para reforzar la legitimidad de lo dicho, en Moise y el mundo de la razón, Tennessee Williams revela que lo que su narrador-protagonista cuenta fue registrado en un Blue Jay, tal la marca del cuaderno del narrador.

Todavía hoy, y a este lado del Atlántico, la forma manuscrita sigue gozando de adeptos. Para Andrés Rivera, el papel es la primera y única forma que conocen sus novelas antes de que lleguen al lector: al terminarlas, entrega un manuscrito de puño y letra. Martín Kohan lleva un registro completo de lo que aconteció en el día en su agenda. Esa costumbre de anotarlo todo obedece a una "urgencia". "Al hacer listas de cosas (registros un poco maniáticos de lo que hago), me alivio del agobio peor de registrarlo todo mentalmente". Ponerlas por escrito y convertirlas en lista le permite objetivar algunos temas. "Los vuelvo más manejables, al menos en apariencia", dice. Los ejemplos siguen. A Mariana Enríquez la primera versión en cuaderno se le "impone" y la costumbre del teclado le imprime un esfuerzo: "Mi letra manuscrita cada vez se entiende menos por falta de gimnasia". Pero sigue usando el método de la primera versión en papel para lograr "una distancia" de la escritura laboral, para salir del tono periodístico y encontrar la voz literaria.

Después de todo, puede que nadie tenga que elegir entre el papel y la letra digital, y cada quien pueda leer y escribir donde le plazca. Como el novelista japonés Koji Suzuki, autor de The Ring, quien creó la primera obra de ficción en papel higiénico, titulada Drop. Es una novela de dos mil palabras. Fue impresa por la papelera Hayashi y puesta a la venta en librerías y secciones de artículos de limpieza de los supermercados, a 2,2 dólares. Es cierto que nada aclara el panorama sobre el futuro del papel, pero es una pista para el porvenir: al momento de valorar un texto, el contenido en sí mismo a veces representa un aspecto más –y no el principal– para definir si aquél es o no una buena idea.

Pero siempre ronda la misma feliz sospecha: las buenas historias, cuando genuinas y surgidas de la necesidad de contar, resisten siempre los ripios de su tiempo; al navegar por otras aguas, desconocen las anclas de cualquier soporte.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

PRESENTACIÓN:

Mi nombre es Rocío González, tengo 22 años, nací y resido actualmente en la ciudad de Campana. Soy estudiante de la carrera de Bibliotecología, y estoy orgullosa de serlo!!!
Muchas personas me preguntan por qué elegí esta carrera, aunque en algunos casos creen que es un simple curso y que la tarea del bibliotecario es simplemente prestar y acomodar libros.
Mi respuesta es muy ampliaaaa... pero podría resumirla diciendo: "elegí esta carrera porque me siento feliz haciendo lo que me gusta!!!". Es la profesión que desde muy chiquita despertó curiosidad en mí, con los años me di cuenta que era lo que quería ser y hacer, puedo asegurarles que cueste lo que me cueste lo voy a lograr, voy a llegar a mi meta por más obstáculos que se me presenten.
El trabajo del bibliotecario, es muy amplio y muchos desconocen que tan arduo es, requiere de un gran compromiso con la sociedad, con la cultura, con el conocimiento, pero principalmente con uno mismo. De nada sirve aprender a administrar y gestionar una institución bibliotecaria, si no se realiza esta tarea con conciencia y vocación.
De todo corazón deseo lo mismo para todos mis compañeros, QUE TODOS PODAMOS LLEGAR A LA META!!! ÉXITOS!!!

BLOG:

Sitio web en el cual el usuario puede realizar diversas tareas tales como escribir textos, añadir imágenes, fotos, vídeos, etc. El usuario al crear su cuenta puede diseñar el blog y darle un estilo propio con las funciones disponibles o utilizando códigos CCS y HTML.
Estas tareas que puede realizar reciben el nombre de "entradas", otras personas pueden hacer comentarios de las misma, dejar mensajes o simplemente visitar el blog si el usuario lo permite y si quisiera se realizan notificaciones a sus lectores y seguidores, se les pueden enviar notificaciones de sus nuevas entradas vía e-mail.
Con blogger se puede publicitar, e incluye también una opción de dominio personalizado, es decir tener un nombre de dominio como por ejemplo: rocíog15.com.
Es simple y gratuito crear un blog, se puede acceder a una cuenta de usuario ingresando a http://www.blogspot.com

FORO

Es una técnica de comunicación a través de la cual diferentes personas hablan de los temas que les interesan.
También se podría definir al termino foro como a una de las tantas herramientas que ofrece la web, se utiliza como un espacio donde las personas pueden intercambiar ideas, comentarios, información, mensajes y análisis sobre uno o más temas de interés común.
Gracias a su diseño se puede seguir el hilo de la conversación, desde el mensaje inicial hasta las últimas respuestas.